"Escucha Hermano, Hermana"

03.06.2013 22:28

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Etiqueta 56

En lo espiritual, volvemos a decirlo, sucede exactamente lo mismo, solo que la energía que proviene de Dios la hacemos nuestra a través de Jesús cuando declaramos con nuestra boca que Jesús es nuestro Señor y Salvador personal y suficiente.
 

Veamos las siguientes láminas.

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Al ser convertidos en hijos obedientes de Dios, adquirimos el derecho total a disfrutar de toda la herencia prometida y contenida en el Nuevo Testamento que Dios, a través de Cristo Jesús nos hace partícipes plenos; pero debemos de guardar con fidelidad su Palabra como la voluntad de Dios para ser merecedores de los Dones del Espíritu y del Fruto maravilloso que él produce, lo que nos hará proyectar a nuestros semejantes la imagen y semejanza de Dios en nosotros para la Honra y la Gloria y la Alabanza de El en su Trinidad Santa y perfecta.
Estudie, reflexione y medite profundamente la Palabra de Dios contenida en el Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras, disciérnalas y trate de extraer su esencia espiritual y póngala por obra para lograr la plena comunión con nuestro Dios.
Ahora, hagamos un pequeño resumen de lo que vimos, anteriormente.
Recordemos que deberemos conformar a nuestro ser en el orden correcto según el Nuevo Testamento, es decir: espíritu, alma y cuerpo, para que haya la real y suficiente comunicación con Dios y estar en contacto directo y permanente con El, por lo que tenemos por fuerza que conocer, estudiar, reflexionar y meditar, para discernir y disciplinarse para poner en práctica todo lo que la Palabra de Jesús en el Nuevo Testamento nos manda para iluminar de una vez y para siempre, las tinieblas en que hemos vivido desde que el hombre hizo suya la mentira de Satanás, lo que nos convirtió en hijos de la tentación, y volver a ser obedientes de la Palabra de Dios dada a Jesucristo Nuestro Señor y así ser restaurados en su Reino para el Honor y la Gloria y la Alabanza de Dios en su Santísima Trinidad.
Separemos nuestra condición material de nuestra condición espiritual, y coloquemos ésta en primer lugar para reconocer debidamente a Jesucristo como el Hijo Unigénito de Dios y como Nuestro Señor y Salvador Personal y Suficiente.
Recordemos cuando Jesús nos dice:
"Tú, cuando ores, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que comparte tus secretos, y tu Padre que ve tus secretos te premiará."
Mateo. 6: 6
Tengan presente el discernimiento que el Espíritu Santo puso en nuestro corazón cuando leímos esa Palabra, para que el mismo Espíritu nos guíe en la comprensión de la siguiente Palabra cuando Jesús nos dice:
"Al orar no multipliquen las palabras, como hacen los paganos que piensan que por mucho hablar serán atendidos. Ustedes no oren de ese modo, porque, antes que pidan, el Padre sabe lo que necesitan. Ustedes, pues, oren de esta forma:
Padre Nuestro
Porque Jesús nos convierte en hijos obedientes de Dios.
Que estás en los Cielos,
Porque su Reino no es de este mundo, sino del mundo espiritual.
Santificado sea tu Nombre
Porque solamente Él es Santo, fiel y verdadero, y el único que nos puede dar el amor ágape.
Venga a nos tu Reino
Que llegue a nosotros ese amor ágape a través de Jesucristo tu Hijo.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo
Unimos nuestra mente a las enseñanzas de Jesús en un acto de obediencia, para que nuestro ser reciba y actúe de acuerdo a la voluntad de Dios.
Danos hoy el Pan de éste día
Esta es una petición diaria para que sean suplidas nuestras necesidades materiales, pero sobre todo, sea suplida nuestra necesidad espiritual de poseer el Pan de vida que es Jesús.
Y perdona nuestras ofensas
Este es un acto de petición del perdón de Dios para nosotros y el perdón de nuestros semejantes en un acto de reconciliación con ellos para rendir nuestra mente llena de conocimientos tradicionales en lo científico, físico, material y religioso, y cualquier otro, a la Mente de la Sabiduría de Dios por medio de guardar fidelidad a los mandamientos de nuestro Señor Jesucristo.
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden
para que el perdón que solicitamos se manifieste plenamente en nuestras vidas, tenemos que perdonar sinceramente y de corazón a todos los que nos hayan ofendido en cualquier forma y manera, para que la reconciliación que buscamos con Dios, y con nuestros semejantes se convierta en una hermosa realidad.
Y no nos dejes caer en la prueba
Es una petición que le pedimos a Dios para que nos fortalezca cuando permita que seamos probados en nuestra fe y no seamos tentados a dudar de él, para que su gloria sea manifestada en nosotros.
Sino líbranos del malo.
Mateo. 6: 7-13
Que la fe que Dios nos ha dado, sea resistente a todas esas tentaciones a las que estaremos expuestos cuando nuestra fe sea probada y que los pensamientos de Dios prevalezcan en nosotros.
Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre celestial los perdonará. En cambio, si no perdonan las ofensas de los hombres, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
Mateo. 6: 14-15
Cuando ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que se desfiguran la cara para mostrar a todos que ayunan. Les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, cuando ayunes, perfúmate el cabello y no dejes de lavarte la cara, porque no son los hombres quienes deben darse cuenta de que tu ayunas, sino tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te premiará.
(Mateo. 6: 16-18

 

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