"Escucha Hermano, Hermana"

03.06.2013 21:59

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Etiqueta 53

Abramos nuestra mente espiritual para recibir lo que sigue: ¿recuerdan cuando dijimos que la Gloria de Dios había descendido sobre nosotros, hombres naturales? Pues bien, su Palabra dice:
 
“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
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Dios mismo en su trinidad santa y perfecta descendió al nivel del hombre en su trinidad humana a través de Jesucristo, para que el hombre, al creer en El, y creer en lo que dice, no se pierda sino que tenga vida eterna.
Como vemos, el poder positivo de Dios bajó hasta el mundo negativo donde gobierna Satanás para que el hombre tuviera las armas necesarias para resistirse a su Poder Negativo.
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Dichas armas son:
1.-El poderoso Nombre de nuestro Señor Jesucristo a quien le fue dado todo poder sobre toda potestad en el cielo y en la tierra.
2.- La palabra de Jesús contenida en el Nuevo Testamento que tiene el Poder para deshacer las obras del diablo, y...
3.- La Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo que nos lava de todo pecado y nos da la capacidad de resistirnos a los ataques del Tentador; todo esto, para hacer nuestra la Alianza Nueva y Eterna de Dios con los hombres.
Estas armas tan poderosas que Dios nos dio por amor al hombre para libertarnos de las cadenas de opresión que nos tienen esclavizados a las cosas de este mundo, podremos hacerlas nuestras al reconocer a Cristo Jesús como Hijo Unigénito de Dios y Señor y Salvador personal y suficiente nuestro y que resucitó al tercer día de su muerte, y quien nos vino enseñar la importancia del bautismo en agua, y enseñarnos como recibir el Bautizo en fuego del Espíritu Santo.
Por eso el Apóstol Pablo cautivado por el Espíritu Santo de Dios, nos dice:
"Que el Dios de Cristo Jesús nuestro Señor, el Padre de la gloria, se manifieste a ustedes, dándoles un espíritu de sabiduría para que lo puedan conocer. Que les ilumine la mirada interior, para que vean lo que esperamos a raíz del llamado de Dios, entiendan que grande y deslumbrante es la herencia que Dios reserva a sus santos y comprendan con qué extraordinaria fuerza actúa Él en favor de los que hemos creído. Esta fuerza se ha manifestado en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en los cielos, mucho más arriba que todo poder, autoridad, dominio, o cualquier otra fuerza sobrenatural que se pueda mencionar, no sólo en este mundo, sino también en el mundo futuro. Dios, pues, colocó todo bajo los pies de Cristo para que, estando más arriba que todo, fuera cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo. El, que llena todo en todos, despliega en ella su plenitud”
Efesios. 1: 17- 23)
"Ustedes estaban muertos por las faltas y los pecados en que andaban. Se conformaban a éste mundo y seguían al soberano que reina entre cielo y tierra y que sigue actuando en aquellos que se resisten a la fe. Todos nosotros fuimos de aquellos y nos dejamos llevar por las codicias humanas; obedecimos a los deseos de nuestra naturaleza y consentimos sus proyectos. Por naturaleza éramos merecedores de castigo, igual que los demás. Pero Dios que es rico en misericordia nos manifestó su inmenso amor, y a los que estábamos muertos por nuestras fallas, nos dio vida con Cristo ¡ Por gracia han sido salvados ! y nos resucitó con Cristo para sentarnos con El en los cielos. Al demostrarnos tanta bondad en Cristo Jesús, Dios quiso manifestar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia. Pues por su gracia han sido salvados por medio de la fe. Ustedes no tienen mérito en este asunto: es un don de Dios y no tienen porqué sentirse orgullosos, porque no lo consiguieron con sus obras. Lo que somos es obra de Dios: El nos ha creado en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que dispuso desde antes, para que nos ocupáramos de ellas”
Efesios 2: 1, al 10,
Todo lo que el Señor nos dice por boca de Pablo, es lo que debemos de conocer como fundamento de nuestra fe en Cristo Jesús, por lo que deberemos de releer nuevamente lo anterior, y pedirle al Espíritu Santo Intérprete que nos de el don del discernimiento espiritual para entender y comprender paso a paso lo que al Apóstol Pablo le fue revelado para que nos lo comunicase. Sin embargo, su explicación es tan abundante y tan precisa que lo que tenemos que hacer es buscar y encontrar a través del discernimiento espiritual, la esencia y la sustancia completa del mensaje que recibimos de Pablo, para que nuestra mente y su potencia intelectual contenida en el conocimiento total recibido y a través de nuestro libre albedrío, se unifique nuestra voluntad humana a la voluntad de Dios en el Nombre de Jesús, y que por el poder que sobre todo poder le fue dado a él en el cielo y en la tierra nos sea abierta la puerta del Reino de Dios para recibir y disfrutar de la herencia, que El, a través de Jesús, tiene reservada a todos sus santos y podamos hacer las buenas obras que dispuso para nosotros al crearnos en Cristo Jesús.

 

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