"Escucha Hermano, Hermana"

03.06.2013 21:56

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Etiqueta 52

Teniendo como fundamento la Palabra de Jesús en toda su doctrina contenida en el Nuevo Testamento, y meditando fielmente todo lo que él nos comunica desde el principio, estaremos en la mejor posición como sus discípulos, de obedecer a Dios cumpliendo con lo que Jesús nos ha encomendado.
Si nos esforzamos y nos mostramos valientes para cumplir esa encomienda con absoluta fidelidad, recibiremos los Dones y el Fruto del Espíritu. Escuchemos:
“En cada uno el Espíritu revela su presencia con un don, que es también un servicio. A uno se le da hablar con sabiduría, por obra del Espíritu. Otro comunica enseñanzas conformes con el mismo Espíritu. Otro recibe el don de la fe, en que actúa el Espíritu. Otro recibe el don de hacer curaciones, y es el mismo Espíritu. Otro hace milagros; otro es profeta; otro reconoce lo que viene del bueno o del mal espíritu; otro habla en lenguas, y otro todavía interpreta lo que se dijo en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, el cual reparte a cada uno según quiere”
1Corintios 12: 7 al 11
Entendamos lo que quiere decir: "el cual reparte a cada uno según quiere." y esto es: según lo que tú y yo queramos, no lo que el Espíritu nos quiera dar, ya que él nos quiere dar todo.
"Por eso les digo: anden según el Espíritu y no llevarán a efecto los deseos de la carne. Pues los deseos de la carne están contra el Espíritu y los deseos del Espíritu están contra la carne. Los dos se oponen uno a otro, de suerte que ustedes no pueden obrar como quisieran. Pero, si los conduce el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley”
Gálatas 5: 16 al 18)
“El fruto del Espíritu es caridad, alegría y paz, paciencia, comprensión de los demás, bondad y fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo. Ahí no hay condenación ni Ley, pues los que pertenecen a Cristo Jesús tienen crucificada la carne con sus vicios y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, dejémonos conducir por el Espíritu. No busquemos la vanagloria; que no haya entre nosotros provocaciones y rivalidades”.
Gálatas5: 22 al 26
“Así, pues, Cristo es quién dio a algunos el ser apóstoles, a otros, ser profetas, o aún, evangelistas, o bien pastores y maestros. Así preparó a los suyos para los trabajos del ministerio en vista a la construcción del Cuerpo de Cristo; hasta que todos nos juntemos en la misma fe y en el mismo conocimiento del Hijo de Dios, llegando a ser el hombre perfecto, con esa madurez adulta que hará de nosotros la plenitud de Cristo. Entonces no seremos ya niños a los que mueve cualquier oleaje o cualquier viento de doctrina, y a quienes los hombres astutos pueden engañar para arrastrarlos al error.
Más bien, con un amor auténtico, creceremos de todas maneras hacia aquel que es la cabeza, Cristo. El da organización y cohesión al cuerpo entero, por medio de una red de articulaciones que son los miembros, cada uno con su actividad propia, para que el cuerpo crezca y se construya a sí mismo en el amor”
Gálatas 4: 11 al 16)
“Ustedes tienen que dejar su manera anterior de vivir, el hombre viejo, cuyos deseos engañosos lo llevan a su propia destrucción.
Dejen que su mente se haga más espiritual, para que tengan nueva vida, y revístanse del hombre nuevo. Este es al que Dios creó a su imagen y semejanza, dándole la justicia y la santidad que proceden de la verdad”
Gálatas 4: 22 al 24

 

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