"Escucha Hermano, Hermana"

03.06.2013 16:44

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Etiqueta 44

Pero no será de extrañarse de que todo aquel que no ha guardado ni enseñado a cumplir la Palabra de Jesús, crea conocer el Reino de Dios a pesar de no haber tenido una sincera conversión porque no ha sido convencido por la Palabra de Jesús para querer separar lo material de lo espiritual de una manera real. Así, que lo que verdaderamente tiene, es solo una idea del Reino de Dios, que le hace creer tener lo que sólo tiene aquel que ha sido fiel para guardar y enseñar a cumplir la Palabra de Jesús, y esto es, una comunicación estrecha, fluida y constante con Dios en su santísima Trinidad.
Por eso, como Nicodemo, el hombre que no ha sido tocado por el Espíritu preguntará:
 “¿Cómo puede ser posible esto? Y Jesús responde:
Tú, que te dices creyente de mí, ¿no entiendes esto?
En verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos, pero ustedes no hacen caso de nuestro testimonio. Ahora les hablo de las cosas de la tierra, y no me creen, ¿cómo me van a creer si les hablo de las cosas del Cielo? Sin embargo nadie ha subido al Cielo, sino el que ha bajado del Cielo: el Hijo del Hombre”
Juan 3: 11 al 13
Lo que Jesús dice, es que si el hombre no cree en lo que él le participa con palabras y hechos comprensibles en este mundo, ¿cómo va a creer en lo que eso le quiere transmitir en lo espiritual para conocer las cosas de Dios?
Dejemos resurgir nuestro espíritu sin ninguna restricción para empezar a tener en nuestro ser el orden correcto de su esencia divina para vivir a plenitud nuestras vidas, es decir, dispongámonos a obedecer sus mandamientos con plena consciencia para ser sumergirnos en el Río de Agua Viva en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo para compartir con Cristo su muerte en la carne y su resurrección en el Espíritu, siendo realmente lavados de toda la suciedad que nos ha acompañado durante toda la vida hasta ese preciso momento. Por lo que Jesús advierte:
"No es el que me dice ¡Señor! ¡señor! el que entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre del cielo"
Mateo. 7: 21,
¿Cuál es la voluntad del Padre?
¡Creerle y creer en su Hijo Jesucristo!
Nada está oculto a los ojos de Dios, absolutamente nada, por eso Jesús nos dice en su Palabra:
"Tu cuando ores, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que comparte tus secretos, y tu Padre que ve tus secretos te premiará"
Mateo. 6: 6,
Deberemos tratar de entender bien todos los mensajes que Dios a través de la Palabra de Jesús nos hace llegar, para que cada vez estemos más próximos a recuperar los tesoros divinos, que como hijos pródigos de Dios nos corresponden, por lo que para entender estos mensajes deberemos discernir, es decir: cernir, colar, exprimir, nuestros limitados razonamientos humanos en la forma espiritual debida, ya que el estudio de la Palabra de Dios nos alerta para no asimilarla en forma literal, pues su significado espiritual va más allá de todo razonamiento humano, por lo que se hace necesario, después de haber sido bautizados en agua, invocar la conducción del Espíritu Santo Intérprete para que nos de la sabiduría para comprender espiritualmente la Palabra de Jesús para poder ser bautizados en el Espíritu. Para ejemplificar lo anterior, discernamos el ordenamiento de la Palabra de Dios cuando Jesús nos dice:
"Tu cuando ores,"
Cuando platiques de tus cosas con Dios.
"entra en tu pieza,"
Entra en tu mente dispuesto a sujetar tu espíritu al Espíritu de Jesús, para introducirte al recinto del mundo espiritual de Dios.
"cierra la puerta,"
Cierra tu mente natural llena de conocimientos humanos, y abre tu mente espiritual para que así conozcas verdaderamente de Dios y puedas entrar a la Mente de su Sabiduría Eterna para ser compartido de ella sin distracciones.-
"y ora a tu Padre que comparte tus secretos"
Ora al Padre Nuestro, para posteriormente platicarle a Dios de tus secretos, de lo que deseas para los demás o para alguien en especial y de lo que deseas para cubrir tus necesidades espirituales, físicas, y materiales, para que él bendiga tus anhelos y se realicen de acuerdo a su Voluntad.
"y tu Padre que ve tus secretos te premiará"
Y Dios, que conoce si verdaderamente dispusiste tu corazón, es decir, tu espíritu en forma sincera y de acuerdo a sus instrucciones, él derramará sobre ti bendiciones para que toda la ayuda que solicitaste, sea.
Su palabra nos dice:
"no juzguen y no serán juzgados: no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará; recibirán una medida bien llena, apretada y rebosante; porque con la medida que ustedes midan serán medidos."
Lucas. 6: 37,38
Que Palabras tan hermosas y a la vez tan terribles, porque el final del versículo resume de una manera en la que solamente la Mente de Dios puede hacer esa observación precisa, puesto que nos enseña, que para recibir tenemos que dar, ¿y que recibiremos a cambio?, recibiremos más, mucho más de lo que demos, es decir, si damos ofrendas y limosnas, es decir, alimento o cualquier ayuda para solventar cualquier necesidad a quien lo solicita o a quien lo necesita, esa actitud nuestra sin duda hará que seamos recompensados a su tiempo más que generosamente, pero cuidado, si lo que damos lo condicionamos a nuestro libre albedrío en el que domina nuestra conveniencia material, o nos negamos a ayudar estando en la posibilidad de hacerlo y lo que realmente damos es rechazo o indiferencia o excusas o maldiciones y chismes, y todo lo negativo que se nos pueda ocurrir; entonces también nosotros recibiremos más de lo que dimos y nada ni nadie lo podrá evitar, porque la palabra de Dios es clara y precisa cuando dice, que con la medida que midas serás medido, o sea, bien por más bien o mal por más mal; esto nos lleva a reflexionar lo que la Palabra de Jesús nos dice en los siguientes versículos:
"Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen a la puerta y les abrirán; porque el que pide recibe; el que busca halla, y al que llame a una puerta le abrirán."
Mateo. 7: 7,8
¿Que podemos discernir de todo lo anterior? Pues, que todo lo que le pidamos a Dios, El nos lo dará, pero para que así sea, deberemos buscar y hallar la Puerta que es Jesús a través de guardar y enseñar a cumplir su Palabra, y al hacerlo, podremos tocar esa Puerta de la Mente y el Poder de Dios en el Nombre de Jesús, y al invocar su Santo Nombre, esta Puerta Celestial se abrirá de par en par para pedir y recibir la herencia que El Padre tiene para todos sus hijos obedientes, título que Dios nos da al confesar con nuestra boca, que verdaderamente Jesús es el Hijo Unigénito de Dios y Señor y Salvador Personal y suficiente nuestro y el único camino para llegar al Padre guardando y enseñando a cumplir su Palabra como la voluntad de Dios.

 

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