"Escucha Hermano, Hermana"

03.06.2013 16:41

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Etiqueta 43

Esta parte contiene reflexiones muy importantes para interesarlo en la invitación que se le ha hecho reiteradamente, ya que en ella se encuentra el resumen y la esencia de la misma que nos podrían encaminar más directamente a comprender ( abarcar ) cada vez más, que para conocer de nuestro ser humano espiritual a través de la reflexión y meditación profunda del Nuevo Testamento, deberemos ubicarnos en nuestra consciencia espiritual para poder vivir nuestra vida en este mundo material, en el verdadero orden y propósito de Dios, que nos conducirá a vivir sin carencias de nada y en abundancia de todo y vivir en paz y armonía con Dios y con nuestros semejantes.
Es pues la fe: La certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
(Hebreos 11,1) SBU Reina Valera 1960.
La fe es la manera de obtener lo que esperamos, el medio para conocer lo que no vemos.
(Hebreos 11:1,) Biblia Latinoamericana.
Sin fe es imposible agradarle a Dios, pues uno no se acerca a El, sin antes creer que existe y que recompensa a los que le buscan.
(Hebreos 11:6,) Biblia Latinoamericana.
Después de conocer todo lo anterior y deseando y pidiéndole a Dios en el Nombre de Jesús en la unidad del Espíritu Santo que sean entendidas y comprendidas a profundidad las palabras anteriores para conocer de la fe; sigamos adelante.
Jesús nos hace una promesa con un alcance sin límite:
"Todo lo que el Padre me ha dado, vendrá a mí, y Yo no rechazaré al que venga a mí, porque Yo he bajado del Cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado"
(Juan. 6: 37-38
Que promesa tan maravillosa esa, si vamos a Cristo en una conversión auténtica y honesta, definitivamente estaremos tomando la llave para abrir la puerta del recinto espiritual de Dios, para que una vez dentro de él, nos encaminemos según sus enseñanzas, a introducirnos a la Mente de Su Sabiduría Total Positiva en donde adquiriremos el conocimiento suficiente y verdadero que nos pondrá en la brecha del Orden y el Propósito de Dios en nosotros, para así, alcanzar el verdadero conocimiento de nuestra verdad existencial.
Por eso, es importantísimo lo que Jesús nos dice en su Palabra contenida en el Nuevo Testamento que refuerza, de una manera rotunda, lo anterior:
"En verdad les digo: Quien no entra por la puerta al corral de las ovejas, sino por cualquier otra parte, es un ladrón y un salteador”
Juan. 10: 1
Y nos dice, nos informa y nos advierte lo siguiente:
“Yo soy la Puerta: el que entra por mí está a salvo. Circula libremente y encuentra alimento. El ladrón entra solamente a robar, a matar y a destruir. Yo, en cambio, vine para que tengan vida y sean colmados. Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. El asalariado las agarra y las dispersa porque sólo es un asalariado y no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, conozco a las mías y las mías me conocen a mí. Así como me conoce el Padre, también yo conozco al Padre, y yo doy mi vida por mis ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este corral. A ellas también las llamaré y oirán mi voz: y habrá un solo rebaño como hay un solo pastor”
Juan. 10: 9 al 17
Jesús nos está diciendo que todos los que guardemos y enseñemos a cumplir su Palabra, tendremos vida y abundancia y libertad en este mundo, porque él, que vino a dar su vida por nosotros, es el Buen Pastor que no busca dispersarnos porque no desea ningún beneficio económico, sino que vino a unirnos en el espíritu a todos los que somos suyos, porque hemos escuchado su voz en cualquier parte del mundo a través del discernimiento espiritual recibido por medio del estudio reflexión y meditación profunda de su Palabra.
Al ir conociendo poco a poco su Palabra, vamos adquiriendo nuevos conocimientos que nos van dando la pauta para entender lo que sigue:
“Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo. Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Rabbí, nosotros sabemos que has venido de parte de Dios como Maestro. porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces, a no ser que Dios esté con él." Jesús le contestó:"En verdad te digo, nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo, de arriba." Nicodemo le dijo: "¿ Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿ Quién volverá al seno de su madre para nacer de nuevo?" Jesús le contestó: "En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne y lo que nace del Espíritu es espíritu. Por eso no te extrañe de que te haya dicho: necesitan nacer de nuevo, de arriba. El viento sopla donde quiere y tu oyes su silbido; pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así le sucede al que ha nacido del Espíritu." Nicodemo volvió a preguntarle: "¿Cómo puede ser esto?" Respondió Jesús: "Tú eres maestro en Israel, ¿y no entiendes esto?
(Juan 3: 1 al 10)
Jesús nos está diciendo, que para ver el Reino de Dios, el hombre deberá recibir el bautizo como un medio para renacer a una vida nueva en el Espíritu, quitando todas las impurezas que se han formado y aumentado en su ser a través de los años en este mundo material y tradicional por darle gusto a la carne.
Cuando haya recibido conscientemente ese bautizo, se situara en un lugar muy especial que lo pondrá en la frecuencia espiritual de Dios, y la escuchará claramente sin saber de dónde viene ni a dónde va, pero, cuando el hombre rinda su voluntad a la voluntad de Dios a través de guardar y enseñar a cumplir la Palabra de Jesús, no solo verá el Reino de Dios, sino que entrará y permanecerá ahí porque el Espíritu se habrá posado en él en perfecta sintonía para que lo disfrute a plenitud.

 

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